El presidente de FIFA le saca tarjeta roja a la tarjeta azul: “Hay que proteger la tradición del juego”


El presidente de FIFA le saca tarjeta roja a la tarjeta azul: “Hay que proteger la tradición del juego”

Gianni Infantino ha descartado la llegada del cartón azul al fútbol, pues busca proteger las características tradicionales del fútbol. No se utilizará a nivel profesional.

En el mundo del fútbol, cada propuesta o cambio en las reglas del juego es recibido con atención y debate. En esta ocasión, el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, ha dejado claro su postura en relación a una idea que ha estado flotando en el ambiente: la introducción de la tarjeta azul. En declaraciones recientes, el suizo rotundamente la posibilidad de implementar esta nueva tarjeta en el fútbol, argumentando que es crucial proteger la tradición y esencia del juego. “No, no habrá ninguna tarjeta azul, en ningún nivel. Es un tópico que no existe para la FIFA. No hay manera”, afirmó el máximo mandatario del fútbol mundial.

La tarjeta azul, una propuesta de la IFAB que ha generado interés en ciertos círculos del fútbol, se planteó como una herramienta adicional para los árbitros, que les permitiría enviar a un jugador al banquillo por un período determinado, pero sin dejar al equipo en inferioridad numérica. Sin embargo, para Infantino y la FIFA, esta idea choca directamente con los valores fundamentales del deporte rey.

“Quieren un titular? El titular sería: ‘Tarjeta roja a la tarjeta azul’”, expresó Infantino de manera contundente. “Siempre estamos abiertos en IFAB y FIFA a buscar ideas o propuestas, y cada propuesta e idea tiene que ser tratada con respeto, por supuesto. Pero una vez que la miras, también hay que proteger el juego, la esencia y la tradición del juego. No habrá tarjetas azules”, reiteró.

A pesar de la firme oposición de la FIFA, las pruebas experimentales con la tarjeta azul seguirán adelante en diferentes categorías y ámbitos del fútbol. Sin embargo, queda claro que su aplicación en el fútbol profesional está descartada por el momento, según lo afirmado por el máximo organismo del fútbol mundial.

Esta postura refleja el compromiso de la FIFA con la integridad y la esencia del juego, manteniendo firmemente arraigadas las tradiciones que han definido al fútbol a lo largo de su historia. Aunque el debate sobre posibles cambios en las reglas continuará, la decisión de Infantino deja en claro que la tarjeta azul no tendrá cabida en el fútbol mientras él esté al mando.

La tarjeta azul no llega para reemplazar a otra cartulina, sino para sumarse a las ya existentes (la amarilla y la roja). Según el citado medio, el castigo sería la expulsión temporal del campo de juego, por diez minutos, y se utilizaría concretamente en jugadas en las que se corta un ataque prometedor o por protestas excesivas contra el árbitro sin incurrir en aquello que da para recibir una roja.

Además, la tarjeta azul sería acumulable al igual que la amarilla, lo que significa que la combinación de dos azules o una azul y una amarilla se verían traducidas en una cartulina roja. La norma nace con el objetivo de limitar la cantidad de protestas que reciben los jueces durante el desarrollo de los compromisos. Es una advertencia fuerte para que el juego no sea interrumpido constantemente.

Gianni Infantino ascendió a la presidencia de la FIFA en 2016 después de una serie de acontecimientos que sacudieron los cimientos del organismo rector del fútbol mundial. Los problemas de corrupción y escándalos que rodearon a la FIFA bajo el mandato de Joseph Blatter llevaron a la renuncia de este último en medio de una crisis sin precedentes. La dimisión de Blatter, quien había sido presidente desde 1998, dejó un vacío de poder que requería ser llenado con urgencia.

Finalmente, en el Congreso Extraordinario de la FIFA celebrado en Zúrich el 26 de febrero de 2016, Gianni Infantino fue elegido como el nuevo presidente de la FIFA, derrotando a sus rivales en la elección. Su elección marcó el comienzo de una nueva era para la FIFA, con la esperanza de dejar atrás los escándalos del pasado y avanzar hacia un futuro más transparente y ético en la gestión del fútbol mundial.

Fuente: Depor