Stefano Peschiera: las enseñanzas de su abuelo Alfonso y su historia para llegar hasta el bronce
Stefano Peschiera se convirtió en el quinto medallista olímpico en la historia del Perú. ¿Cómo fue el proceso del velerista nacional para ganar la presea de bronce en París 2024?
“Esta medalla significa un sueño cumplido”. Fueron las primeras palabras de Stefano Peschiera (29 años) unos instantes después de ganar la medalla de bronce en vela en los Juegos Olímpicos de París 2024. Mientras todo el Perú celebraba un nuevo podio olímpico -luego de 32 años de espera-, el velerista solo recordaba el inicio de todo: cuando a los cinco años iba con su abuelo Alfonso Peschiera al mar y aprendía a navegar. También cuando en la adolescencia se despidió del país para desarrollar campamentos y cumplir con diversos torneos internacionales. Este logro histórico para el deporte peruano fue gracias a un trabajo de muchos años, tras incontables derrotas en el camino. La perseverancia es su mejor virtud. Las experiencias en Río 2016 y Tokio 2020 -quedó en el puesto 31 y 25, respectivamente- sirvieron para darle energía y seguir navegando hacia la gloria.
Nació el 16 de enero de 1995. Sus primeros años de vida no los pasó en una cuna, sino en la embarcación de su abuelo que fue comprada en los sesenta. Era un niño y su padre, Pablo Pescheira, también heredero del talento de Alfonso, buscaba enseñarle todo lo aprendido al pequeño Stefano y motivarlo a que se dedicara a este deporte que se practica en el mar y que requiere de concentración y de aprender a tomar decisiones en segundos. A los cinco años ya asumía los primeros trabajos encomendados por su abuelo y su papá. Y a los siete ya estaba subiéndose por primera vez a un bote de optimist. Comenzó a competir en la clase optimist, categoría diseñada para niños que permite desarrollar las habilidades básicas de navegación a vela. Desde temprano adquirió una sólida base técnica y un profundo amor por la vela.
En su etapa como adolescente -en la que descubrió que era ambidiestro, habilidad que le daba un mejor dominio de la embarcación- empezó a realizar sacrificios importantes: por ejemplo, tuvo que viajar fuera del país para tener más oportunidades de practicar el deporte, motivo por el cual llegó a Charleston en Carolina del Sur. Estudió en el College of Charleston y participó activamente en el equipo de vela. Desarrolló su carrera universitaria -es un profesional de finanzas- mientras seguía con sus viajes deportivos. Cambió el bote de optimist por ILCA 7, bote olímpico, y comenzó a concursar en torneos en España, Francia, Países Bajos, Italia, Inglaterra y Australia, en los que compitió contra deportistas de alto nivel y le permitieron seguir creciendo en el rubro.
Ya no tenía a su lado el apoyo y el calor de su abuelo -falleció cuando Stefano tenía 13 años-, pero siempre llevaba una fotografía de él en uno de los bolsillos de su chaleco. Se convirtió en su inspiración para seguir desplegando las velas. Su carrera profesional había iniciado y, luego de una ardua preparación, tuvo la oportunidad de participar en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015. Después clasificó a los Juegos Olímpicos de Río 2016, convirtiéndose en el primer peruano que logró un histórico cupo en la modalidad de Laser Standard a unos JJ.OO. Ocupó el puesto 31. La competencia fue dura y miraba de lejos el podio olímpico, pero en lugar de desanimarse solo le provocó dedicarse más a mejorar y continuar compitiendo. En 2017 ganó la carrera de vela ligera individual con Laser en el campeonato nacional masculino en solitario de Laser Performance.
Después llegó el 2019, un año especial en la carrera de Peschiera. Fue el abanderado de Perú en los Juegos Suramericanos de Playa de Rosario, donde ganó la medalla de oro. Asimismo, obtuvo el primer lugar en el Laser Central & South American Championship, disputado en Paracas. Estos logros le permitieron ser el encargado de flamear la bandera peruana en los Juegos Panamericanos de Lima 2019. Sin embargo, pese a esforzarse al máximo, no logró entrar en el podio (quedó en el quinto lugar). Al año siguiente, se recompuso y obtuvo la victoria en la World Series disputada en Miami. Después clasificó a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Fue su segunda experiencia en los JJ.OO. y en esta ocasión quedó en el puesto 25 y no logró avanzar a la final. Nuevamente, en lugar de deprimirse -aunque en algún momento pensó en el retiro- decidió volver a intentarlo y obtuvo la medalla de oro en los Juegos Panamericanos Santiago 2023, tras ganar en la clase ILCA 7 de vela. Y en 2024 se convirtió en el quinto medallista olímpico en la historia del Perú.
A lo largo de su carrera profesional, Stefano Peschiera ha contado con el respaldo de diferentes entrenadores especialistas en vela. Sin embargo, con el que llegó a conseguir la medalla de bronce en París 2024 se llama Luis Miguel Camino Dancourt. Se trata de un experto de alto nivel en velero clase Laser y fundador de LMC Sailing. Con él, nuestro compatriota ha mejorado gracias a una ardua preparación física y mental, que le sirvió para enfrentar a los mejores del mundo en la disciplina. Pero no es el único que ha marcado en su vida: Airam Rodríguez fue quien lo preparó antes de que afronte los Juegos Olímpicos de Rio 2016. Cada uno tiene un espacio importante en su corazón, pues el aporte de todos fue vital en el camino hacia la presea en territorio francés.
Tras sus primeros logros a nivel internacional, algunas marcas comenzaron a apostar por él y lo han ayudado a llegar lo más lejos posible en los Juegos Olímpicos de París 2024. Por ejemplo, uno de ellos es la empresa Redondos, que se encarga de distribuir productos cárnicos nutritivos y de excelente calidad. Otra marca que lo financió fue Reebok, que se dedica a la venta de zapatillas, ropa, y accesorios deportivos.
Mitsubishi Motors Perú, que se dedica a la venta de vehículos, también es parte de sus auspiciadores. Finalmente, pero no menos importantes, está el apoyo de Globe Sailing, empresa que vende barcos y náutica. El velerista tuvo palabras de agradecimiento para su entrenador, su equipo de trabajo y para las marcas que lo han acompañado. “Significa mucho orgullo, mucha felicidad, mucha tranquilidad y es el fruto de un trabajo bien hecho, muy profesional, con apoyo de gente a la que más le agradezco. A todo un equipo, a todo un país, a todas las instituciones y los auspiciadores que me ayudan a diestra y siniestra, en las buenas y en las malas. Eso es lo que tenemos que tener, un país unido donde un peruano no sea el enemigo de otro peruano, sino que nos apoyemos todos juntos para salir adelante”, comentó tras obtener la medalla.
Previo al bronce de Peschiera, Perú había ganado cuatro medallas olímpicas. Su primera presea fue en los Juegos Olímpicos de Londres 1948: el tirador Edwin Vásquez Cam consiguió la presea de oro en la modalidad de pistola 50 metros. Como curiosidad, lo consiguió luego de superar una faringitis y con una pistola prestada. Desafortunadamente, nuestro país no volvió a conseguir el primer lugar hasta la actualidad.
Al oro de Edwin se le han unido tres medallas más, todas de plata. El tirador Francisco Boza quedó en el segundo lugar en la modalidad de Fosa Olímpica, en los Juegos Olímpicos Los Ángeles 1984. Después, en Seúl 1988, la selección peruana de vóley ganó la de plata. Finalmente, en Barcelona 1992, el tirador Juan Giha obtuvo el segundo lugar en la modalidad de skeet. El miércoles, Stefano nos regaló la quinta y esperamos que más adelante lleguen más.
Fuente: Depor